No a la secadora: El calor es el peor enemigo de la lencería. Déjala secar al natural. Sombra, no sol: La luz directa puede desgastar los colores. Busca un lugar fresco para secarla. Adiós pinzas: Mejor coloca tus prendas sobre una toalla para que se sequen planitas. Sin torcerlas: Elimina el exceso de agua presionando suavemente con una toalla.